Aquí la SHCP difunde estudios e informes de instituciones u organismos internacionales que hacen referencia a la economía mexicana o que tratan temas económicos de interés.
La inclusión financiera se define como el acceso y uso de productos y servicios financieros formales (ahorro, crédito, seguros y ahorro para el retiro) bajo una regulación apropiada que garantice esquemas de protección al consumidor y promueva la educación financiera para que la población mejore la administración de sus recursos. Esto bajo cuatro pilares (acceso, uso, protección al consumidor y educación).
De acuerdo con el informe de perspectivas económicas mundiales de abril de 2022 del Fondo Monetario Internacional (FMI), la guerra Rusia-Ucrania desacelerará el crecimiento económico y avivará la inflación. Indica que la guerra se suma a una serie de choques de oferta que han golpeado en años recientes a la economía mundial.
En el "Estudio Económico de México 2022", la OCDE señala que México se está recuperando, luego de que la pandemia por Covid-19 impactara de manera importante a la economía y al bienestar de las personas, donde los trabajadores informales, las mujeres y los jóvenes fueron los más afectados.
El Banco Mundial revisó a la baja en 0.2 puntos porcentuales su previsión de crecimiento del PIB global para 2022, al ubicarla en 4.1% después del 5.5% esperado para 2021, ante brotes continuos de Covid-19, disminución del apoyo fiscal y cuellos de botella persistentes en el suministro.
De acuerdo con las Perspectivas del Comercio Internacional de América Latina y el Caribe, publicado por la CEPAL, la recuperación del comercio regional en 2021 muestra importantes debilidades, por lo que avanzar hacia un mercado regional integrado (que sigue siendo muy dependiente de Asia y, en el caso de México y Centroamérica, de Estados Unidos) es indispensable no solo para generar escalas eficientes de producción y promover procesos de diversificación productiva y exportadora, sino también para alcanzar una mayor autonomía en sectores estratégicos.
En términos generales, los riesgos para el crecimiento se inclinan a la baja, mientras que los riesgos de inflación se inclinan al alza